Aportes de la Neurobiología
Estamos cableados biológicamente para vivir en vínculos. Esto nos ayuda a crear estados de seguridad para vivir con los mayores niveles de salud mental y física. Esta conexión permite sanar más rápido a nivel físico y lidiar mejor con el estrés de vivencias pasadas y actuales.
¿Qué interrumpe la conexión emocional transitoria o crónicamente?
EL ESTADO DE ALARMA. El estar percibiendo peligro y/o amenaza jaquea toda posibilidad de abrirnos a una conexión emocional franca en cualquier momento y lugar con quien sea. Se dispara fuertemente la sirena en rojo, en presencia de seres que queremos y de quienes esperamos más que de nadie: sentirnos seguros y ser cuidados.
¿Como ocurre esto?
Debido a nuestra evolución como mamíferos, desarrollamos una forma de funcionamiento, que asegura la supervivencia, la reproducción como especie y el mayor bienestar. Esta modalidad se denomina: SISTEMA DE CONEXIÓN SOCIAL y se ha desarrollado en nuestra última etapa evolutiva, con la aparición del Neocórtex. Implica la apertura a la vinculación con quienes nos sentimos seguros y a salvo. Es gerenciado por el Sistema Nervioso Autónomo.
¿Como detectamos si estamos seguros y nos podemos abrir a otros o no?
Por la NEUROCEPCION, función intuitiva de nuestro cerebro, que evalúa el entorno en forma inconsciente y detecta: peligro o seguridad. Es la que puede amortiguar al sistema defensivo y facilitar el comportamiento social. Esto según QUÈ PERCIBA en el entorno en que nos encontramos. Si percibe seguridad (subjetivamente sentida) se abre al mundo y a la CONEXIÓN con otros. Si percibe peligro o amenaza, se desencadena automática e inconscientemente el SISTEMA DE DEFENSA (lucha-huida o desconexión) y no podemos evitarlo.
La neurocepción está cableada a nivel personal y es independiente de los hechos concretos. Detecta lo que es peligroso y seguro para cada ser humano desde el cual opera. Esto explica por qué a veces reaccionamos frente a un comentario de nuestra pareja con: profundo indignación, sintiéndonos muy heridos. Devolviendo así ATAQUES (critica, desprecio, gritos o subiendo el tono), HUYENDO (me voy para adentro de mí mismo o salgo del lugar) o quedándonos CONGELADOS (vemos la mirada perdida, “se puso el balde”, escucho decir…o “Esta en la luna”). NO ES ALGO QUE PODAMOS ELEGIR. NUESTRO CEREBRO toma la decisión que cree más adecuada en ese momento para nosotros y reacciona protegiéndonos.
Nos desespera que entre en alarma nuestra pareja. Pero es desbordante ver que no puede operar respuesta, sin conexión emocional con nosotros, atacándonos o alejándose. Nos hace entrar alarma también y más le buscamos para calmarnos. Cuando ambos escalamos en las peleas, estamos pidiendo desesperada ayuda para volver a conectar con seguridad. Ambos estamos en alarma pidiendo la mano al otro para salir del tsunami de: la desconexión, la soledad y la sensación de amenaza.
Trauma y percepción de peligro
“Nuestro cuerpo acarrea la memoria de la violación de la confianza” dice el Dr. Stephen Porges, por lo cual reacciona defensivamente como lo hace. “Siempre es lógico como la persona se PROTEGE DE ACUERDO A LO QUE HA VIVIDO”, decía el Dr.J.Bowlby por más incomprensible que sea para quienes le rodean. Y si fue dañado por quienes lo tenían que cuidar, más va a ser la inseguridad (por momentos) en los vínculos significativos en la vida adulta, hasta que los pueda sanar con nuevas interacciones seguras.
La historia de restricción física, aislamiento (abandono) y las experiencias de daño o amenaza, hacen más sensible nuestro sistema nervioso a la detección de peligro e inseguridad.
Recuerdo una pareja con historia de abandono él y de mucha violencia en su hogar de infancia ella, que cuando peleaban ambos entraban en alarma (sensación de estar en peligro). Él no la dejaba salir por miedo a que lo dejara y ella desesperadamente necesitaba salir de ese lugar cerrado, en el que sentía hostilidad y se ahogaba. Quedaban atrapados generando más sensación de amenaza y peligro juntos. Por tanto, el estado de alarma y desborde aumentaba. Hasta que pudieron VERLO, conversarlo, entenderlo y armar una estrategia de seguridad, que hoy, años después aun utilizan con éxito. Para calmarse él se quedaría en la casa con una música suave y ella saldría a caminar. Siempre avisándose que cuando lo lograran (apaciguaran el estado de alarma y se sintieran seguros físicamente de nuevo), volverían a encontrarse. Dejaron de amenazar con abandonar el vínculo, lo cual los aterrorizaba a ambos (aunque a veces manejaban como única salida para parar al otro asustado defendiéndose).
Si nuestra pareja nos ayuda A SENTIRNOS EN CALMA, A LLEVAR NUESTRO CUERPO A SENTIRSE SEGURO COMO LE SEA POSIBLE, podremos atravesar esos momentos de amenaza y desborde juntos. A la vez que estaremos cerca, creando sintonía de una nueva manera y fortaleciendo increíblemente el vínculo.
Promoviendo estados de calma y seguridad INSTRUMENTADOS EN CONJUNTO, podremos ELEGIR COMO RESPONDER MEJOR en cada momento, para nosotros y nuestra pareja. Es esencial avisar al otro que seguimos en la relación a pesar de necesitar ponernos a resguardo por unos momentos.
A veces no es fácil, pero vale la pena la recompensa de poder conectarse con más seguridad y profundidad. Hay un camino... ¡PODEMOS AMAR Y SER AMADOS a pesar de cuanto hayamos sido heridos antes! Y esto nos SANA y FORTALECE.