Por Lic.Ps. Sybila Ma.Latorre
Ayer, otra joven se quitó la vida, en un pequeño pueblo de mi pequeño país. Tenía 22 años. Vivió una situación de violencia. La denunció. No sirvió de nada. O peor: recibió el rechazo y la condena de los que, ella creía, eran sus más allegados.
¿Por qué seguimos reaccionando así como padres y comunidad?
A veces reaccionamos de cierta manera porque no sabemos cómo reaccionar. Nos asustamos. Nos vemos desbordados. Echamos en hombros de la víctima –que es la persona más herida- toda la responsabilidad y la culpa. Y entonces, la volvemos a herir. A HERIR PROFUNDAMENTE. Y la estamos dejando, literal y completamente SOLA.
Cuando alguien dice que fue abusado, lo fue. Cuando dice que se siente solo y no puede vivir con ese dolor, es así. Cuando alguien hace saber que fue herido o dañado: física, emocional, mental o espiritualmente, así fue. ¡TENEMOS QUE CREERLES! Por más pequeño, insignificante o de poco peso que el hecho sea para nosotros. ¡¡NECESITAMOS ESCUCHARLOS!!!
NOS ESTÁN PIDIENDO AYUDA
Cuando cuentan lo que les pasa o pasó, cuando se deprimen y no tienen ganas de nada, cuando empiezan con las crisis de ansiedad (los miedos), cuando se encierran más que antes y ya no quieren salir, ni ver a nadie, cuando pasa todo esto, están pidiéndonos ayuda. Cuando se ponen como fieras a romper y tirar todo, también nos están pidiendo ayuda.
Nos están pidiendo ayuda como pueden, a su manera, porque no soportan la IMPOTENCIA y la DESESPERACIÓN de estar atrapados en esa vivencia tan dolorosa que les nace de muy adentro.
NOS PIDEN QUE ESTEMOS AHÍ AMOROSAMENTE
Piden lo que todo mamífero pide cuando está herido: ¡NO ME DEJEN SOLO!,
“¡NO ME DEJEN SOLA!”
Dicen: “te necesito y necesito saber si soy importante para ti”. “Sobre todo para que me acompañes, “incluso al borde del acantilado, porque tengo miedo de caerme”.
Mi fragilidad y esta sensación espantosa que tengo tan adentro, no me deja dormir, ni comer, ni estar tranquilo/a. Cualquier sombra, olor o movimiento los lleva a la situación de AMENAZA Y TERROR. Solo pueden REACCIONAR. Lo hace su cerebro, su cuerpo, cableado para sobrevivir. Reaccionan ATACANDO, HUYENDO o CONGELÁNDOSE, DESCONECTÁNDOSE. (“parece un ente”, decimos o “va a terminar mal”).
“ESTOY SUFRIENDO, ESTOY EN SHOCK, ESTOY HERIDO/A”, nos gritan a su manera. .¿“Ahora lo sabés? Lo que más necesitan, es una CONEXIÓN SEGURA con alguien
Es como si nos dijeran: “necesito a alguien que se acerque a mí con mucho cuidado, suavemente (porque me asusto muy fácilmente, estoy dañado/a y me siento aun en peligro). Alguien que me ayude a estabilizar un poco mi cuerpo y mis emociones abrumadoras, con UNA PRESENCIA CALMA. Que no me pida nada, que no me pregunte, que no se acerque más de lo que tolero. QUE ESTÉ AHÍ EL TIEMPO SUFICIENTE para que yo pueda dejarlo acercarse a mí…sin sentirme amenazado/a. Para que yo pueda COMPROBAR, que eres amigo y no enemigo, que te importo, que no me vas a lastimar”.
¿Qué implica la CONEXIÓN SEGURA?
- Estar ahí ACCESIBLE (aceptando todo lo que es y le pasa, “sin juzgar ni criticar”),
- SINTONIZAR CON LO QUE ESTÁ SINTIENDO (rabia, desorientación, impotencia, desesperación, dolor, tristeza, pánico de sentir, asco, vergüenza, frío y congelamiento)
- VALIDAR SU VIVENCIA (es normal todo lo que siente, piensa y hace, teniendo en cuenta lo que ha vivido, tan devastador)
- AYUDAR A ESTABILIZAR (calmar con la presencia, la voz suave y/o el acercamiento que sea tolerable). PIDIENDO LA AYUDA ESPECIALIZADA QUE SEA NECESARIO
- COMPROMETERSE (hacerle saber con los HECHOS, no solo con palabras, que nos importa y que cuenta con nosotros en todo momento).
Es lo que todos los humanos como mamíferos de conexión necesitamos, corregularnos con la presencia del otro. ¡Es nuestra necesidad como especie! Ya no podemos decir que no sabemos qué hacer, o que no nos dejan hacer nada. Es nuestra decisión cuando queremos a alguien herido, ESTAR PARA ESA PERSONA ¿Cómo? disponiéndonos a HACER lo que sea necesario, PARA QUE ELLA SEPA que nos importa y que estaremos a su lado, pase lo que pase.